Cristiano Ronaldo le ha dicho a Manu Sainz que quiere jugar hasta los cuarenta. Se entiende que a gran nivel. Tiene ahora 31 y ha completado una temporada más por encima de los 50 goles. Da signos de alguna pérdida de velocidad, pero eso no se puede saber aún si se debe a lesiones mal curadas que pueden pasar o a un principio de agotamiento del organismo. Pero en todo caso, es muy incipiente. Acaba de ser Balón de Plata y nadie le ve fuera del podio este año, con Messi y otro, como cada vez. Cristiano se emplea a fondo, no perdona un minuto, pero también se cuida de una manera inusual.

¿Podría durar hasta los cuarenta? Cuando empecé a ir al fútbol, se daban casos. Di Stéfano y Puskas, sin ir más lejos. Pero entonces el fútbol era menos físico y la superioridad técnica de ambos era tal que pudieron sobrevivir hasta ahí. De aquel tiempo es Stanley Matthews, que se retiró con 50, algo prodigioso. Era el único buen regateador que había dado Inglaterra hasta entonces (y casi hasta ahora) y le cuidaron como especie protegida. Pero el fútbol se juega hoy a otro ritmo. Casos como aquellos son irrepetibles. Si ahora se llega a los cuarenta sin ser portero ha de ser por otros caminos.

La ventaja es que en alimentación, estudio del cuerpo y cuidados médicos no hay comparación. El primer anuncio de esto fue Vierchwood, defensa italiano de larguísima duración. Más reciente es Paolo Maldini. Y hay más casos. Pero el defensa puede vivir de la colocación mientras que el delantero sin velocidad pierde más. Aún así, Ibrahimovic podría fichar con 34 por el United, todo un referente. Con la edad, el fútbol exige más tiempo: en entrenamiento, en cuidados, en descanso. A veces hay que cambiar el juego, como está haciendo Messi. Quizá Cristiano lo haga, pero no echándose más atrás, sino más arriba.