Ideo
“Innove, no tenga miedo, lo peligroso es dejar la innovación para mañana”
Tom Kelley fundador de la consultora Ideo, es sinónimo de innovación, y de éxito. Todos en Silicon Valley quieren contar con él. En Innovaction Week desgranó las claves para aumentar la creatividad en los equipos
- Rubén Elizari. Pamplona
La prestigiosa asociación National Geographic eligió al corredor catalán Kilian Jornet aventurero del año en 2014. Este deportista de elite, que ha batido varias marcas en carreras de montañas, escribió sus experiencias en una obra titulada "Correr o morir". Ese mismo espíritu es el que traslada Tom Kelley a la innovación. Innovar para sobrevivir. Junto a su hermano David fundó en 1991 Ideo, la consultora más importante de Norteamérica, con sede en Silicon Valley, sus libros sobre la materia se han convertido en bestseller. ¿Por qué? En sus páginas se recogen cientos de casos de empresas en las que gracias a su aportación han conseguido el éxito en forma de rentabilidad aportando valor a las personas, leimotiv de cualquier innovación.
Entre sus innumerables clientes se encuentran Microsoft, la NASA, McDonalds o Apple, compañía con la que codesarrolló el primer ratón: “Innove. Es algo urgente. Mientras está trabajando, otra empresa también lo está haciendo. No tenga miedo. El auténtico miedo es dejar la innovación para mañana”, sentencia.
El ponente estrella en Innovaction Week asegura que la innovación es un asunto asequible. Los océanos azules existen y están llenos de oportunidades. Como ejemplo, el caso de un hospital de La India, especializado en operaciones visuales que consiguió que fuera posible intervenirse quirúrgicamente por tan sólo 20 dólares. “Encontraron la inspiración en el proceso productivo de McDonalds. Cinco millones de personas se han beneficiado”. Para encontrar casos interesantes de innovación no hace falta ir hasta La India. Columnista de referencia del New York Times en todo lo referente a innovación, relata que le sorprendió el caso de #Nasf (hashtag utilizado por varios emprendedores navarros que organizaron un viaje a San Francisco hace varios años). “No se conocían, conectaron a través de Internet, y emprendieron juntos el viaje. ¡Eso es innovación”.
Pero la innovación no se ha de quedar en la flor de un día. Hay que innovar, y hay que hacerlo en mayor medida que los competidores. En términos de valoración de marca, Sony triplicaba en el año 2000 a Samsung. En cambio, cinco años después, se revertía la situación. Samsung era la que aventajaba en 1,5 puntos a Sony. La respuesta a la innovación está ahí fuera, en el cliente. Para saber qué hacer a veces basta con salir y hablar con él.
El tejido industrial navarro está compuesto en un 98% por pymes. En ocasiones no superan los 30 trabajadores. ¿Qué les aconsejaría a sus jefes, que pueden percibir la innovación como algo lejano?
La gran ventaja que tienen las pymes es su cercanía con el cliente. Pueden escuchar su voz y sus necesidades. Imagina que tienes una empresa que se dedica, por ejemplo, a imprimir. Puede que imprimas muy bien, con una gran calidad, pero que el cliente se manche las manos. Para saber eso, tienes que verle. Entonces tendrás que hacer algo, idear un sistema o mecanismo para resolver ese problema.
Cuando se habla de innovación, se tiende a pensar en multinacionales. Ellas tienen más recursos.
Sí, es verdad que tienen más recursos, pero son compañías en los que todo el mundo está siempre ocupado y dejando todo para la semana que viene. Tienen grandes presupuestos pero no saben qué hacer con ellos. En la empresa en la que empecé a trabajar sólo estábamos 15 empleados. Cuando el jefe decía, vamos en una dirección, todos le seguíamos. La comunicación era algo sencillo y fácil. En cambio, en las grandes empresas no existe esa rapidez. Deben aprender a adaptarse más rápido al cambio.
Imagine que tengo una empresa, quiero innovar, hacer mejorar las cosas, ¿por dónde empiezo?
Las auténticas innovaciones ocurren en el cara a cara, cuando te pones delante de alguien e intentar entender qué es lo que necesita ese alguien. En ocasiones hemos pecado de desarrollar tecnologías que no nos hacen falta. La empatía es el primer paso.
¿Y después?
Has de mirar el mundo con la misma curiosidad que un viajero al que todo, hasta lo más mínimo le sorprende. Por ejemplo, la UCI de hospital de Londres quiso mejorar sus ratios de errores técnicos y de comunicación. Sabían cuál era el problema pero no la solución. ¡La encontraron en Ferrari! Vieron que las paradas en boxes para cambiar los neumáticos y rellenar el depósito se parecía mucho a una UCI. Hay que actuar de manera coordinada y con una gran rapidez. Los mecánicos de Ferrari fueron quienes les enseñaron cómo trabajar. Y redujeron en un 48% sus errores.
¿Qué puede hacer que la innovación fracase?
Sobre todo el miedo a innovar. Es necesario experimentar. Además, hay que hacerlo de manera rápida y barata. Experimentar y no conseguir el objetivo no es un fracaso. Es una parte del proceso.
La innovación en Navarra está muy ligada al sector eólico, las energías renovables, la biomedicina, o la automoción. ¿Cree que vamos por el buen camino?
Desde luego, Apple o Google están apostando por la automoción. Eso quiere decir algo. La automoción es uno de las grandes tendencias del futuro. Google ya está desarrollando los coches sin conductor. En el futuro no serán necesarios los aparcamientos ni la gasolina. Y por supuesto, la biomedicina, y todo lo que tiene que ver con mejorar la calidad de vida de la sociedad. Innovar es pensar en las personas.
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