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Auge de la chía en extinción

Decepción y preocupación. Eso prevalece entre la mayoría de productores que en el 2013, alentados por las jugosas ganancias que prometía la producción de chía, abandonaron sus cultivos tradicionales para fortalecer la producción de esta semilla que en ese momento estaba en manos de unos pocos.

Decepción y preocupación. Eso prevalece entre la mayoría de productores que en el 2013, alentados por las jugosas ganancias que prometía la producción de chía, abandonaron sus cultivos tradicionales para fortalecer la producción de esta semilla que en ese momento estaba en manos de unos pocos.

El problema fue que no solo Nicaragua trató de aprovechar ese “boom”. Y el resultado fue una sobreproducción mundial que generó el desplome del precio y la saturación del mercado, dificultando las ventas.

En 2012 la creciente demanda del producto en el mercado internacional disparó el precio, lo que a su vez estimuló la producción. Las estadísticas del Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex) detallan que ese año el país exportó 54 toneladas de ese producto, por las que obtuvo un precio promedio de 2,333 dólares por cada una. Es decir, unos 106 dólares por cada quintal.

Eso junto con la expectativa de que el precio seguiría al alza disparó la producción el año siguiente, cuando, según el Cetrex, el volumen de las exportaciones creció 518 por ciento, al registrar 334 toneladas. En los años sucesivos los envíos al exterior han superado las mil toneladas.

El precio, por su parte, superó los seis mil dólares por tonelada en 2013 (unos 286 dólares por quintal), pero desde entonces se ha reducido en más de sesenta por ciento y aún no da muestras de recuperación.

REDUCEN ÁREAS DE SIEMBRA

“Fue un boom el año pasado y el antepasado, pero después la gente perdió mucho dinero y la mayoría desistió. Hubo una gran producción y se especulaba de que el precio podía llegar hasta como seiscientos dólares por quintal, pero bajó y se tuvo que vender a menos de cien dólares”, asegura Dani Moncada.

Moncada coordinó la Unión de Cooperativas de Servicios Múltiples del Norte de Nicaragua (Ucosemun), que agrupaba a unos trescientos productores de Nueva Segovia y Jinotega, que el año pasado produjeron un promedio de diez quintales cada uno, pero este año abandonaron el cultivo.

Por su parte, Rosa Argentina Benavides, gerente de la Central de Cooperativas de Servicios Múltiples, Exportación e Importaciones del Norte (Cecoopsemein), confirmó que para este ciclo redujeron en cuarenta por ciento las áreas de siembra en la zona de Matagalpa y Estelí.

En la cosecha anterior sembraron unas doscientos manzanas, pero por los problemas del clima y del precio en el actual solo sembraron unas 120, de las que esperan obtener un rendimiento de entre 8 y 14 quintales por manzana.

Para Moncada, lo que falló fue el mercado, ya que la producción se disparó y desde 2013 cada vez es más difícil colocar el producto, porque los compradores internacionales dicen tener altos inventarios. “Esas dificultades para colocarla decepcionó a los productores, que prefirieron volver a sus cultivos tradicionales”, sostiene.

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DARLE VALOR AGREGADO

“No perdemos la esperanza de que el precio se recupere, como todo cultivo este también tiene su ciclo de precios altos y ahorita está en el de precios bajos, pero se tiene que recuperar. Ese es el riesgo que seguiremos corriendo siempre en la agricultura mientras no tengamos la capacidad de desarrollar la agroindustria”, afirma Benavides.

Para contrarrestar estos vaivenes del mercado Cecoopsemein ha comenzado a darle valor agregado al producto. Antes vendían el producto sucio, como salía del campo, pero ahora lo limpian para asegurar un ciento por ciento de pureza y lo empacan en presentaciones para venta al detalle.

Además están en la búsqueda de apoyo para obtener la certificación de origen de la variedad que se usa para producirla, ya que es una variedad que data desde hace quinientos años y nunca ha sido modificada. Dicho certificado, según los productores, daría un “plus” al producto y facilitaría su colocación en el mercado internacional.

El mayor comprador de la chía local es Estados Unidos, seguido de los países de Centroamérica y luego algunos de Europa.

Los comercializadores dicen sentirse desmotivados y con mucha preocupación. “Porque nos quedamos con mucho inventario y el mercado está tímido y aunque la chía puede estar almacenada hasta 24 meses, lo que me preocupa es que ya va a salir la próxima cosecha de la competencia, que es México y Brasil”, dice Leonel Ortiz Juárez, gerente de Tropicana Fruit Farms Inc, que exporta el grano.

BUSCAR CERTIFICACIÓN

Otro problema que enfrentan los comercializadores de chía es la tardanza en la apertura de nuevos mercados. “Por ejemplo, conseguimos comprador en Colombia, pero el Gobierno no la dejó entrar porque debe estar registrada como alimento humano y ese es un proceso que toma su tiempo”, explica Ortiz.

Según el empresario, “el trámite se realiza desde hace un año, pero camina a paso de tortuga porque debe homologarse entre las autoridades de ambos países y Nicaragua ya cumplió, pero Colombia aún no responde la solicitud”.

Y mientras los productores tratan de dar valor agregado al producto y promover el consumo interno, Ortiz considera fundamental que se trabaje en la obtención de la certificación orgánica de las plantaciones existentes.

Al ser Nicaragua un productor pequeño que no puede competir en volumen contra grandes productores, como México, la opción que le queda es aprovechar el potencial de producción del país y el nicho de mercado que existe para la chía orgánica, por la que muchos compradores pagan sobreprecios considerables.

AÚN ES RENTABLE

La ventaja de producir chía en Nicaragua es que tiene costos muy bajos, porque requiere pocos insumos, está muy poco tecnificada y se maneja con mano de obra familiar.

El costo por manzana es en promedio de unos trescientos dólares. “Con el precio actual estos se recuperan con la venta de tres o cuatro quintales de la producción, que es de entre 8 y 14 quintales por manzana y el resto queda de ganancia”, dice Rosa Argentina Benavides, gerente de la Central de Cooperativas de Servicios Múltiples, Exportación e Importaciones del Norte (Cecoopsemein).

NO ESCAPA A VAIVÉN

La lección que deja el boom que provocó el alza del precio de la chía es que ningún producto agropecuario está ajeno a los vaivenes del mercado, por lo que es fundamental la industrialización, resalta Sonia Somarriba, directora de Mercados y Relaciones Internacionales de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN). “Otra salida es suscribir contratos en los que incluso se establezcan precios de referencia”, aconseja.

 

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