Que más empresas y productores adopten Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y de Manufactura (BPM) para que sus productos cumplan los requisitos de inocuidad que exige el mercado (nacional e internacional) es el reto del sector productivo y agroindustrial.
Especialmente cuando las empresas venden o planean enviar productos a Estados Unidos, donde en 2016 entrará en vigencia una nueva reglamentación de inocuidad para acceder a ese mercado.
“Trae bastantes novedades, una de ellas, por ejemplo, es que los productores riegan con agua de ríos y la nueva reglamentación exige agua de calidad potable, es decir, tratada. Otro elemento está vinculado con el uso de agroquímicos que son permitidos. Con la permanencia de perros en las fincas, algo muy común en el país. Y hasta la forma en que se deben llevar los registros”, detalla Sonia Somarriba, directora de Mercados y Relaciones Internacionales de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN).
Sin embargo, no basta aplicar las BPA y BPM. Es necesario obtener las certificaciones y para eso se deben realizar inversiones que andan entre 1,200 y 1,500 dólares por finca. “Para construir letrinas, almacenes para guardar envases vacíos, comprar uniformes de protección y todo lo demás y el problema es que de dónde sacan ese dinero”, dice Fausto Rodríguez, coordinador de programas de Veco Mesoamérica.
Para cumplir estos requisitos también se requiere un cambio cultural. “Los productores deben tomar conciencia de que deben sacar al mercado productos inocuos… porque por estatus sanitario se accede a muchos mercados, pero por inocuidad muchas veces se pierden”, lamenta Mario Aldana, representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Los cambios que deben promoverse para asegurar la inocuidad involucran a todos los eslabones de las cadenas productivas. Y deben ser reconocidos por los mercados. “Porque como consumidores queremos productos sanos y los exigimos, pero ¿cuántos estamos dispuestos a pagar por ellos? Esa es la diferencia de comprar en el mercado y en el supermercado”, sostiene Rodríguez.