Aunque al inicio de la campaña, su realidad parecía más siniestra que la peor pesadilla, Erasmo Ramírez echó mano, no solo de su habilidad para lanzar strikes, sino también de su espíritu combativo y ha terminado el 2015 con saldo positivo.
No fue una batalla fácil la que debió librar. Tras de ser entregado por Seattle a Tampa, su desempeño fue tan discreto que su futuro pareció carcomido por la incertidumbre. Pero el tiempo le dio la oportunidad de mostrar su material.
Por instantes, exhibió una aplastante autoridad que pareció rumbo a la grandeza, pero vinieron altibajos y debió conformarse con una campaña buena, la que sin duda debe abrirle muchas puertas.
Demos un vistazo por lo mejor y lo peor de Erasmo en este 2015, convencidos del gran salto que ha dado como lanzador y conscientes de que su mejor etapa debe estar por llegar, porque aún está en fase de construcción como big leaguer.
SU MEJOR LABOR
14 de septiembre ante los Yanquis: ese día, Erasmo Ramírez parecía la reencarnación de Denis Martínez el día de su Juego Perfecto ante los Dodgers. Mantuvo a los Yanquis calladitos a largo de siete entradas y cuando la proeza comenzaba a asomar, vino el hit de Carlos Beltrán, que acabó la magia en una noche de ensueño. Al final, cerró con un hit en 7.2 innings, el más extenso y glorioso recorrido en su carrera.
SU PEOR TRABAJO
10 de abril ante los Marlins: en su presentación de credenciales con los Rays, Erasmo solo sacó seis outs y en cambio, toleró seis cañonazos y siete carreras limpias, que eran para deprimir a cualquiera. Quedó con 31.50 en efectividad y un boleto casi seguro a las Menores. Toronto lo castigó cinco días después, (3.1 innings, 9 hits, 8 carreras limpias) pero desde ahí comenzó a levantarse y logró hacerlo con creces.
¿AFUERA O EN CASA?
Ramírez lanzó mejor pero con menos fortuna en casa. Cuando lanzó en el Tropicana Field acumuló 5-5 y 2.67 en 84.1 episodios. Fuera, tuvo 6-1 y 4.90 en 79 innings. En casa le conectaron nueve jonrones, por siete en gira, pero fue largo Tampa, donde tuvo mejor respaldo. Lanzó en igual cantidad de juegos fuera que en casa (17), pero es claro que fue más efectivo en la sede.
AMIGOS Y ENEMIGOS
Los Yanquis fueron el equipo más fácil para el nica. Tuvo 2-0 y 1.19 en 22.2 innings, solo cedió seis hits y tres carreras, con 16 ponches. Luego está Boston con 1-0 y 1.93. Incluso, Atlanta con 2-0 y 2.25, pero no lo pongan ante Toronto (0-1 y 7.27), Medias Blancas (0-0 y 7.50) y Tigres (0-0 y 7.20).
¿SE AGOTÓ?
Luego de acumular de 8-3 y 3.63 en 20 juegos en la primera mitad de campaña, echamos la imaginación a volar y pensamos que 15 triunfos podrían ser factibles.
No obstante, Ramírez cerró con 3-3 y 3.86 en la segunda mitad, mientras acumulaba ocho juegos sin decisión, aunque en la mayoría de ellos, merecía ganar.
