El obispo de la Diócesis de Estelí, monseñor Abelardo Mata, se ha pronunciado nuevamente acerca de la situación política de Nicaragua, que es el problema crucial de los nicaragüenses aunque la mayoría no pueda o no quiera percibirlo.
Las declaraciones públicas de monseñor Mata sobre los problemas sociales y políticos de los nicaragüenses son muy bien apreciadas por su franqueza y valentía. Y de esa misma manera se ha vuelto a escuchar su voz, después de que desde hace algún tiempo los obispos se han abstenido de hablar de la problemática política del país.
En sus recientes declaraciones que fueron publicadas en el sitio web de LA PRENSA el lunes de esta semana, el obispo de Estelí no se muestra optimista. “La impresión que da la política partidaria en Nicaragua —dice monseñor Mata— es que tendremos más de lo mismo por más tiempo, es decir más Ortega, primero porque no se perciben en el Frente Sandinista nuevos liderazgos, se habla a veces de la esposa del presidente pero no veo que esa perspectiva prospere”.
El obispo Mata se refiere a cierta promoción propagandística de la señora Rosario Murillo, pero cree que esta iniciativa no va a prosperar. Asegura que el FSLN no tiene más liderazgo que el de Daniel Ortega, quien hizo reformar la Constitución para reelegirse y permanecer en el poder indefinidamente. Y aunque Ortega permitiera la candidatura de su mujer el próximo año, esto sería el continuismo de la familia gobernante.
Pero el obispo de Estelí aclara que no es solo por su voluntad que la familia Ortega Murillo continuará en el poder después de las elecciones (o la farsa electoral) del año siguiente. La continuidad del orteguismo en el poder es favorecida por la división en las filas opositoras, por la falta de un nuevo liderazgo y la competencia entre caudillos, advierte monseñor Mata. “Desafortunadamente nuestro país se mueve por caudillos (y) no se ve un líder. Si hubiera más sentido de partido, de visión de la misma ideología que se dice profesar habría más posibilidad de hacer surgir un nuevo líder, pero sucede que si alguien quiere levantar cabeza procuran minarlo para sacarlo del partido porque hay una competencia de caudillos”, sostiene el beligerante prelado católico.
Mata advierte que “no se ven perspectivas de cambio a menos que la presión siga creciendo en los próximos meses para cambiar el rumbo en el CSE, que no solo debe ser cambio de rostro sino verdaderos cambios en las reglas del juego electoral que garanticen el libre derecho y respeto del voto; porque si el enfoque es el mismo, los criterios son iguales no importa quién sea el apellido que esté delante del CSE, porque la situación (el fraude de las elecciones pasadas) se repetirá.”
La oposición debe buscar la unidad con humildad y sentido de nación, aconseja monseñor Mata, pues de lo contrario el actual régimen continuará en el poder. Con esa misma buena intención el obispo esteliano auspició la unidad del PLI y el PLC antes de las elecciones de 2006, para evitar que Daniel Ortega volviera a tomar el poder. Pero no le hicieron caso y ahora el país está atrapado en las garras de una nueva dictadura.
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