Movilización para salvar la asignatura de Filosofía: "Quieren una sociedad de sumisos"

Movilización para salvar la asignatura de Filosofía: "Quieren una sociedad de sumisos"

Enrique P. Mesa está tan enfadado que la indignación se le nota hasta en la voz. No entiende por qué el Gobierno ha decidido arrinconar la que es su pasión desde hace décadas, la Filosofía. La polémica Lomce empuja a un segundo plano a la asignatura, de la que es profesor en un instituto de Villaverde (Madrid), y él no está dispuesto a tolerarlo. Para "salvar" esa materia, hace unas semanas lanzó una campaña en Change.org que ha sido un éxito rotundo: ha conseguido más de 150.000 apoyos.

Todo para evitar la práctica expulsión de los filósofos de las aulas, que se materializará el curso que viene, cuando la reforma educativa se termine de aplicar. En 4º de la ESO desaparecerá la asignatura de ética, que hasta ahora es obligatoria, y parte de esa materia pasará a ser optativa a través de una asignatura llamada ‘Valores éticos’. Eso quiere decir que un alumno que pase de la Secundaria a FP podría acabar su trayectoria académica sin conocer a Platón, Aristóteles, Nietzsche y tantos otros.

Pero ahí no acaba todo: la Lomce también elimina la obligatoriedad de cursar Historia de la Filosofía en 2º de Bachillerato, que pasará a ser una optativa que sólo podrán escoger los alumnos de las ramas de Humanidades o Ciencias Sociales. La única salvación para la materia es que las Comunidades Autónomas la mantengan como obligatoria, algo que ya han anunciado que harán regiones como Andalucía o Cantabria. Así que la asignatura de Filosofía sólo seguirá siendo obligatoria en Primero de Bachillerato.

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"La filosofía es la clave del pensamiento crítico y autónomo"

"SE TRATA DE EDUCAR PARA LA DEMOCRACIA"

Una reducción de horas lectivas que va en sentido contrario a las recomendaciones de la UNESCO, que asegura que la Filosofía es imprescindible para preparar a las personas para “asumir sus responsabilidades ante las grandes cuestiones del mundo contemporáneo”. “España, hasta la nueva ley, era uno de los países que más materia de Filosofía tenía. En ese aspecto, estaba cumpliendo perfectamente las recomendaciones”, señala Enrique P. Mesa.

Afirma que la campaña está contando con tantos apoyos porque la sociedad ha comprendido que no es una mera queja corporativa para que los profesores de Filosofía no pierdan su trabajo. “Se trata de algo más importante: del modelo de educación que queremos, de educar para la democracia”, asegura.

Insiste de forma apasionada en que sólo con conocimientos se puede juzgar la realidad, aunque rechaza esa máxima que dice que la asignatura enseña a pensar. “Pero sí es la clave del pensamiento crítico y autónomo. La Filosofía se plantea la realidad, la sociedad, desde el pensamiento propio, no desde consignas que te vengan desde fuera”, subraya. Y eso, afirma, es fundamental si se quiere que la democracia sea de los ciudadanos. “Si estamos hablando de otro modelo social, de gente sumisa, de meros clientes, la Filosofía sobra”, avisa.

"BORREGUITOS QUE NO PIENSAN"

Enrique tira de una anécdota que vivió hace unos días para ejemplificar cómo su asignatura obliga a los alumnos a reflexionar, a hacerse preguntas que de otra forma no se plantearían. Cuenta que, explicando el concepto de eternidad, una alumna de ciencias puras le preguntó cómo podía ser algo eterno. “Le dije: ‘¿Cuántas veces te han dicho en ciencias que la energía ni se crea ni se destruye?’. Me respondió: ‘Pues muchas’. Le dije: ‘¿Y cuántas veces te lo has preguntado?’. Me replicó: ‘Ninguna’. Y señalé: ‘Ves, para eso sirve la filosofía”.

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Capilla Ramírez, también profesora de la materia, va más allá y asegura que la Filosofía ayuda a vivir, a reflexionar, a salir del discurso tradicional y, por tanto, a no ser “borreguitos que no piensan”. Por eso, advierte de que los padres deberían dar más importancia a las asignaturas que “enseñan a vivir”. “Nos dicen: enséñale contenidos necesarios y fundamentales para su vida de trabajo’. Pero, como no toda la vida eso, cuando falla la otra parte también vienen a la escuela a decirte que cómo no hemos hecho algo”, afirma antes de concluir: “Parece que no les importa que quiten esas materias que enseñan a enfrentarse a la realidad de otra manera, hasta que surge un problema en el que se ve claro que los chicos no están aprendiendo a vivir”.

El Huffington Post ha preguntado al Ministerio de Educación por las razones que han llevado al Ejecutivo a arrinconar a la Filosofía sin conseguir, de momento, respuesta alguna. Capilla Ramírez asegura que las razones que les han dado para reducir las horas de Filosofía y de otras como Música es que quieren dar más peso a “las asignaturas que supuestamente van a ayudar más en la vida a los jóvenes: inglés, matemáticas, lengua…”.

LA CARGA IDEOLÓGICA DE LA EDUCACIÓN

Pero a Ángel Vallejo, miembro de la Red Española de Filosofía, ese argumento no le sirve: “La educación que plantea el Gobierno tiene una carga ideológica muy muy muy grande, que es: yo lo único que necesito es mano de obra, pero no individuos que tengan espíritu crítico, capacidad creativa o capacidad analítica, sino que simplemente se limiten a cumplir con su función, que es generar riqueza económica y no cultural”.

Vallejo critica que el Ejecutivo “está muy obsesionado” con aparecer bien en las pruebas PISA, que se realizan por encargo de la OCDE, una organización “que tiene que ver con el desarrollo económico, pero no con el humano”. “Así que el Gobierno intenta quitar asignaturas que distraen del puro crecimiento económico y el puro desarrollo tecnocrático”, razona, a la vez que advierte de que eso es un problema porque los jóvenes pierden “un capacidad analítica espectacular”.

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“Lo que nos demandan cada vez más los alumnos son respuestas a la sociedad global: ¿Por qué se producen éxodos masivos de gente que está sufriendo guerras? ¿Quién patrocina esas guerras? ¿Qué intereses económicos hay detrás de ellas? ¿Debemos acoger a los ciudadanos que vienen de sus países?”, explica. Y avisa de que, si esas reflexiones se pierden, se acabarán asumiendo “dogmas preestablecidos” como “el que viene de fuera es malo” o “ellos mismos han provocado su guerra”.

HACIA "UN NUEVO MODELO SOCIAL"

“Si exterminamos las respuestas filosóficas vamos a tener una sociedad de desorientados, de gente que se pregunta qué hacer y que está en manos de una élite tecnocrática que sí tiene formación”, añade Vallejo, quien asegura que nos encaminamos hacia una sociedad “carente de alma”, de “soluciones creativas” y de “actores que generen un cambio mediante el conflicto social bien entendido”.

Enrique P. Mesa advierte de que ese es, precisamente, el objetivo del Gobierno cuando arrincona la asignatura: “Lo que hay detrás de todo esto es conseguir un nuevo modelo social que ya no es una democracia para y por ciudadanos, sino de clientes y sumisos. Y, ahí, la Filosofía sobra”. Él ya está dando batalla para evitarlo.

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