En septiembre del 2013 Ramiro González dijo que apoyaría a Correa en su reelección. Foto: Archivo EL COMERCIO
La renuncia de Ramiro González del Ministerio de Industrias no solo resquebraja la alianza que había entre el partido político Avanza y Alianza País. También descoloca el frente Unidos, que el 18 de septiembre del año pasado, concentró a 15 organizaciones políticas de izquierda para enfrentar “la restauración conservadora”.
En Alianza País hay molestias por la renuncia de González y la ausencia de su bloque de cinco legisladores durante la aprobación de la Ley de Seguridad Laboral que se aprobó el martes. Ximena Ponce, legisladora oficialista, cree que es evidente que hay una agenda política. Pero su preocupación también es menor: son solo cinco legisladores frente al centenar que tiene el correísmo.
Ya “no hay búsqueda de acuerdos porque quedó en evidencia la postura de aprovecharse de un momento político para tener un rédito. El frente Unidos seguirá, pero tendrá que reformularse”, asegura Ponce.
Avanza es historia para AP y ante micrófonos da por virada la página. El miércoles por la tarde el bloque de asambleístas oficialistas mantuvo una reunión en el Palacio Legislativo en la que se analizó la salida de González del Gabinete y la actitud de Avanza en el Pleno. Ahí se criticó la forma como Avanza manejó el tema políticamente.
Su salida de la Cartera de Estado estuvo relacionada con la decisión de no apoyar la eliminación del 40% de aporte del Estado a las jubilaciones y porque afirmó que sí hay una deuda del Estado al IESS, institución de la cual fue representante del Gobierno durante cinco años.
Se cuestionó también que en los dos proyectos aprobados por la Comisión, los textos contaron con el apoyo del representante del partido, Gozoso Andrade. AP llegó a la conclusión de que se trató de una traición y cerraron filas.
Sin embargo, en Avanza no se cree que la cercanía a Alianza País fue algo real. De hecho, Antonio Posso, legislador por Imbabura, sostiene que siempre han archivado los proyectos de ley que ha presentado su bancada. Además, en su provincia, en donde ganaron todas las dignidades menos la alcaldía de Urcuquí, “somos sus enemigos fundamentales. ¿Cómo podíamos hablar de consolidar la agrupación Unidos cuando nos atacan todos los días”. Finalmente aclara que nunca fueron “cogobierno”, sino que tenía sinergias a la par de profundas contradicciones.
Según John Argudo, secretario general del partido, mantendrán su actitud de apoyar las iniciativas que consideren válidas. Pero la pregunta es: ¿por qué, si estaban en contra de la eliminación del aporte del 40% del Estado a las jubilaciones? Para Argudo es porque solo estaban en contra de ese artículo y no en contra de la ley en general. Además, el oficialismo no había escuchado sus propuestas de votar artículo por artículo.
La ruptura, sin embargo, es un poco más complicada si se mira el 2017. Tras micrófonos, algunos legisladores no esconden su preocupación ante un nuevo frente electoral de centro izquierda. Argudo reconoce que Avanza, como todo partido político, trabaja para conseguir el poder. Pero la ruptura con AP es tan reciente que aún la dirección del partido no definirá si van en solitario o si tejen alguna alianza con otra organización política afín.
Confianza no les falta. Se amparan en los resultados de las elecciones generales del 2013 y las seccionales del 2014.
En la primera, apenas un año después de haberse inscrito como partido -no como movimiento- en un contexto en que se denuesta la partidocracia- consiguió cinco legisladores. El 23 de febrero del 2014 se convirtió en el partido político con mayor fuerza y la segunda organización política después de Alianza País, con 868 dignidades: un prefecto (Imbabura), 34 alcaldes, concejales y miembros de juntas parroquiales. Esa tarde, luego de la derrota del alcalde de Quito, Augusto Barrera, ante Mauricio Rodas, el presidente Correa sostuvo que si se toma en cuenta las victorias de otras organizaciones aliadas, incluida Avanza, el país seguía votando por el progresismo.
Y aunque no son cogobierno, Avanza tiene alrededor de 300 militantes en la administración pública. Unos treinta de ellos son de libre remoción y los otros tienen diferentes categorías o son de carreras. Ellos deben decidir si continúan o no en el Gobierno.
En contexto
En el 2012, Avanza se constituyó como partido político. Sus principios son socialdemócratas y muchos provienen de la extinta Izquierda Democrática. El 18 de septiembre del 2014 formó parte de la agrupación Unidos que integró a 15 organizaciones de izquierda.