Aunque en la previa, en un osado brindis al sol más propio de tratar de remover la conciencia de sus jugadores y animar a la hinchada que de minusvalorar su valía, el técnico del Espanyol Sergio González afirmó que el tridente culé (Messi, Neymar, Suárez) no le quitaba el sueño, seguramente la noche del sábado durmió fatal. No pensando en cómo se elaboró el gol de Neymar, ni cómo ajustó el tiro Messi en el suyo. Sí tratando de responderse cómo es que su equipo no dio mejores prestaciones en un pulso que el rival solventó en apenas veinte minutos. Y, desde esa perspectiva, es posible incluso que Sergio González tuviera alguna que otra pesadilla.
Lo cierto es que el Espanyol no estuvo en el nuevo derbi. Todo el atrevimiento que mostró en el Camp Nou se volvió encogimiento ante su público. Eso, a pesar de que en la víspera su entrenador anunció que estaban preparados para plantear un partido serio, con el máximo de compromiso y haciendo caso omiso a las estadísticas, de las que dijo que están simplemente para motivar. Bien, pues de momento el Barça sigue sin conocer la derrota en el nuevo recinto perico, y van ya ocho años y otros tantos pulsos de local que no se vence al rival capitalino.
Como ante el Athletic en Copa
Técnico y jugadores hablaron de tratar de devolver la alegría a la afición, tras el jarro de agua fría que supuso la eliminación en la Copa a manos del Athletic. Con la distancia debida entre el equipo que entrena Ernesto Valverde y con el que trabaja Luis Enrique, en cierta forma el Espanyol se arrugó el sábado igual que ante los ‘leones’. Minutos después de acabar el partido contra el Barça, el técnico Sergio González dijo que su equipo no había entrado bien en el partido, y apeló a “una cuestión de fuerza mental”. Lo mismo que le falló en una cita tan decisiva como la que tuvieron contra el Athletic, rumbo a una final de Copa que no jugarán, para perder por igual resultado. “No supimos decir aquí estamos nosotros”, asumió Kiko Casilla, que encajó dos goles pero evitó algún otro más.
Historia ya el derbi, sin echar en saco roto el mal sabor de boca dejado ante la hinchada, el Espanyol sigue en la obligación de volcarse hasta final de Liga en los cinco pulsos que todavía le quedan por disputar. Partido a partido, el objetivo no debe ser otro que la séptima plaza que ostenta el Málaga. Tras empatar ayer con el Deportivo, está a cinco puntos del Espanyol. “Vamos a volcarnos y dejarnos el corazón hasta el final”, adelantó Lucas Vázquez el sábado mientras abandonaba el vestuario del Power8.