Callando bocas
05/02/2016
Hay que ser muy osado para, después de lo que ha conseguido el Sevilla con Unai Emery en el banquillo y Monchi en los despachos, criticar sin piedad sus errores y ver como algo natural sus aciertos. Qué injusticia. Ellos, como profesionales, saber convivir con este circo, aunque se debe poner en valor que el club nervionense esté cerca de vivir su decimotercera final en esta década maravillosa, la quinta con el técnico vasco en el banquillo.
No debe ser sencillo arrancar cada año con diez fichajes nuevos y algunos de tus mejores jugadores vistiendo la camiseta de clubes más poderosos en lo económico. Cuando Emery entró en el vestuario tras el partido ante el Celta y vio por allí a Mbia y Aleix Vidal debió de pensar en qué habría conseguido con esos dos cracks aún en sus filas. O quizás no. El de Hondarribia no vive en el pasado. Sabe que el fútbol es presente y buscar soluciones constantes a los problemas. Que el Sevilla encajaba muchos goles jugando partidos de ida y vuelta sin control (poca pólvora arriba y debilidad atrás), pues la solución fue colocar a Michael Krohn-Dehli de falso extremo izquierda y a partir de ahí construir un bloque más sólido.
Además, Unai casi calca año tras año inicios más titubeantes con resultados maravillosos una vez que el calendario alcanza el inicio de la Cuaresma. El Sevilla anda fino. Los jugadores demostraron en la semifinal copera que a esa intensidad y ritmo pocos pueden igualarle. Y eso que el plantel está castigado por los continuos esfuerzos. La exhibición ante el Celta y la mejoría del juego en general en todas las competiciones evidencian el paso adelante que ha dado este grupo de futbolistas y algunos nombres en particular.
Una de las críticas más duras contra la Dirección Deportiva ha sido el poco tino en cuanto a la delantera. Y no les falta razón a los críticos. Llorente e Immobile no han dado el nivel. Uno ya no está y al otro casi ni se le espera (aunque Unai puede callar una boca más). Sin embargo, Kevin Gameiro vive su mejor momento. El esquema de juego sevillista explota las cualidades del galo y él lo agradece con goles. Ya lleva 17 y subiendo.
Y como con Llorente aún es capaz de hacerlo rentable para este año el inquilino del banquillo nervionense, hay otros nombres que han llenado páginas de periódicos, tertulias de radio y charlas de barra de bar para con el objeto de poner en solfa una planificación deportiva catalogada de deficiente. ¿Quién dice ahora algo malo de N'Zonzi? El gigante francés se ha dedicado a seguir las instrucciones de Emery y ya nadie duda de su capacidad. De hecho, nadie recordó anoche que un tal Krychowiak no estaba sobre la hierba. Y como N'Zonzi, un largo etcétera. Gente como Banega o Rami, básicos en el actual Sevilla, aterrizaron entre las risas por parte de la prensa valenciana. Lo que no recordaban por aquellas tierras es que alguien que conocen muy bien como Unai es un experto en recuperar causas perdidas o alejadas del rumbo.
Dos diamantes viven en Nervión. Monchi y Unai Emery escenifican este segundo Sevilla histórico del siglo XXI. Cada uno en su parcela. El descubridor y el que pule los diamantes. El que consigue la materia prima y el que la moldea. El Alfa y el Omega de un club y una afición que viven en una fiesta continua. Toca disfrutar y agradecer a los artífices de estos éxitos lo que se está viviendo. Y ya saben, antes de criticar o hacer juicios apresurados, recuerden de quién están hablando.