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La banca española y el Grexit: ¿tsunami o tormenta veraniega?

La sede del BCE

La sede del BCE BORIS ROESSLER EFE

Muchos expertos coinciden en que la banca española saldría sin demasiados rasguños de una eventual salida de Grecia del euro, aunque las incógnitas que se abrirían invitan a extremar la prudencia.

Todavía hay esperanza de que Grecia y la UE encuentren la forma de seguir juntos. Al menos hasta el domingo, cuando los griegos están llamados a decidir, por referéndum, si aceptan o no la propuesta europea a la que se condiciona el nuevo tramo del rescate al país heleno.

Sin embargo, el grexit, como se conoce la eventual salida de Grecia de la eurozona, ya no es una opción imposible, aunque sigue sin ser el escenario central de muchas casas de análisis. Ayer, el Banco Central Europeo lo dejó así de claro: "La salida de Grecia de la zona del euro, que era un objeto teórico, por desgracia, ya no se puede descartar". El partido de Gobierno, Syriza, pide a sus ciudadanos que voten no, con el argumento de que después podrán negociar con más fuerza. La UE, sin embargo, está diciendo por activa y por pasiva que lo que de verdad tienen que votar los griegos es si quieren o no permanecer en el euro.

Goldman Sachs, en un informe conocido ayer, afirma que el grexit sigue sin ser su escenario base, pero matiza que sus posibilidades de materializarse han crecido sustancialmente desde que el Gobierno decidiera convocar el referéndum. Con todo, los analistas del banco estadounidense creen que Europa está ahora más preparada para enfrentarse a esta eventualidad con respecto a la situación de 2011.

Claro que habría onda expansiva, pero controlada. Goldman, de hecho, se atreve a poner números sobre lo que supondría para los bonos de los países periféricos, los que se verían más afectados. En el caso de que Grecia tuviese que prorrogar el control de capital decretado para esta semana (con bancos y bolsa cerrados), la prima de riesgo de países como España e Italia subiría hasta los 200 - 250 puntos básicos. Si finalmente la sangre llegase al río y Grecia saliera del euro los spreads se elevarían a un rango de entre 300 y 350 puntos básicos. Una cifra nada desdeñable, pero que seguiría siendo la mitad de los máximos de más de 600 puntos, alcanzados en el verano de 2012.

Eso sí, los analistas de Goldman avisan de que, para minimizar los daños del grexit, Europa debería avanzar hacia una mayor convergencia, acelerando la constitución de un Fondo de Garantía de Depósitos común para la zona euro, así como planteándose en serio una unión fiscal. De esta forma, se evitaría el riesgo a medio plazo de que algún país en futuro, delante de una crisis, se plantee repetir la opción de Grecia. Una vez que Europa cuente con una garantía común de los depósitos, una unión fiscal y un Tesoro único, la opción de más separaciones estaría descartada.

Exposición casi nula

Una de las grandes diferencias con la situación de la primera crisis del euro es, precisamente, la salud del sistema financiero. Europa ha reforzado su banca, implementando un nuevo marco que se resume bajo el paraguas de la Unión Bancaria Europea. Los últimos stress test realizados por el Banco Central Europeo (BCE) -supervisor único de los bancos de la eurozona desde el pasado octubre- y por la Autoridad Bancaria Europea (EBA) han disipado la mayoría de las dudas sobre la salud de las entidades financieras.

La exposición directa de la banca europea a Grecia es, además, muy reducida. JP Morgan la cifra en 5.300 millones, lo que supone menos del 0,2% de su balance, de 32.000 billones. "Un default griego tendría un impacto directo nulo en el sector bancario", asegura un informe del banco de inversión. Sus analistas destacan que la zona euro está registrando mejoras en la situación de la financiación, con el crédito creciendo al 1%, la mejor cifra en tres años, la demanda en recuperación y los costes de financiación convergiendo, gracias a la bajada de la rentabilidad exigida a las entidades de los países periféricos.

Con todo, el impacto directo no es lo único que hay que tener en cuenta. Credit Suisse, con datos del BIS, eleva la exposición total de los bancos europeos al país heleno a 27.000 millones, de los que 10.900 millones pertenecen a los bancos alemanes y otros 10.000 millones a los británicos. Los analistas de la entidad suiza destacan que, pese a la mejora de la situación de la zona euro hay países que sí estarían más expuestos a un contagio y son aquellos que reúnen dos condiciones: una situación macroeconómica en difícil equilibrio e inestabilidad política. Y según Credit Suisse, España es actualmente el único país de la zona euro en el que se dan ambas condiciones, por la proximidad de las elecciones generales y el auge de Podemos.

Preparados

La banca española, con la profunda reestructuración acometida y con la ayuda pública recibida, que ha costado a los contribuyentes más de 40.000 millones que ya se dan por perdidos, tiene actualmente fundamentas muy sólidas para enfrentarse a las turbulencias que llegaría de un grexit. Su exposición directa a Grecia es prácticamente irrelevante, según destacan todos los expertos consultados, inferior a los 300 millones de euros. Lo que queda por ver es cuán de grande sería el efecto contagio.

José Ramón Iturriaga, socio de Abantes Asesores, destaca que los progresos realizados por el sistema financiero español desde 2012 limitan este riesgo. El gestor, quien considera que Grecia no saldrá del euro y que finalmente el "sí" ganará el referéndum, afirma que en el hipotético caso de que sucediera, la prima de riesgo española repuntará, "pero no se llegará a los niveles de 2011 o 2012". Lo que es distinto no es sólo la situación de la economía y de la banca española, sino de la propia UE: "en 2011 todo estaba por discutir en Europa, ahora tenemos ya todos los mecanismos para poder actuar".

En las nuevas armas a disposición de Europa hace hincapié también María Muñoz, analista de AndBank España, quien recuerda que "el mundo, y sobre todo Europa, ha tenido 5 años para prepararse para un acontecimiento similar en Grecia. La mayor parte de los acreedores griegos son ya instituciones públicas: Gobiernos de la Eurozona (a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad) y el BCE. Estamos ante una situación muy diferente a la de 2011-2012". Según esta experta, es beneficioso que la exposición a Grecia sea ahora de las instituciones públicas y no de la banca, que ha reducido su exposición entre un 80%-90%, desde los 200.000 millones de 2010, porque esto libra a Europa de tener que sufrir una nueva crisis bancaria.

Una opinión que comparte Enrique Quemada, consejero delegado de ONEtoONE Corporate Finance. "La salida de Grecia le costaría al BCE unos 400.000 millones, pero ya sabemos que va a emitir bonos por un billón", recuerda el experto, lo que permitirá limitar el contagio a las primas de riesgo de los países periféricos. España perdería los 26.000 millones prestados a Grecia, recuerda, pero la exposición de la banca es prácticamente nula. En este escenario, afirma el ceo de ONEtoONE, el grexit podría hasta ser positivo: se lanza un mensaje a todos sobre lo que pasa cuando no se respetan las reglas que Europa se ha dado.

María Muñoz detalla que el flujo combinado de las acciones que pueden lanzar las instituciones europeas oscila entre el 1,5 y los dos billones de euros, una cantidad "que debería ahogar cualquier duda sobre un posible efecto contagio". Por eso, la analista concluye "que al efecto contagio en el sistema bancario español que pudiera tener un "no" en el referéndum y un posterior Grexit, es un hecho que consideramos limitado. Estos días asistimos a la caída de los valores bancarios en bolsa y a volatilidad en los mercados, pero consideramos que se trata de efectos previsibles. No se aprecia pánico en los mercados, sino tranquilidad".

Entre los bancos, la opinión que también prevalece a estas alturas del partido es también que el grexit sería asumible. Fuentes del sector también hacen hincapié en la mejora del sistema financiero español desde 2012: "No se puede ni comparar la situación", afirman. El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, lo ha dicho públicamente esta mañana: si hay grexit, "la inestabilidad se va a producir", pero "es gestionable y asumible".

Más pesimista es José Carlos Diez, profesor de Economía de la Universidad de Alcalá. Este economista tiene claro que si el primer ministro griego, "Alexis Tsipras, no da un paso atrás, Grecia está fuera del euro" y esto podría provocar una reacción en cadena en otros periféricos. Diez se refiere, en particular, a Portugal, país rescatado y que tiene dificultad para cumplir con los objetivos fijados por Bruselas. "Y la exposición de la banca española a Portugal sí empieza a ser relevante", recuerda el economista.

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