Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Un pulso con la historia

El voleibol femenino cubano tocó fondo, pero tanto entrenadores como jugadoras siguen enfrascados en la complicada tarea de regresar a la élite que ocupó durante varias décadas

Autor:

Raiko Martín

El regreso a planos estelares del voleibol femenino cubano no sucederá por arte de magia. La aspiración de repetir ahora, incluso a mediano plazo, la extraordinaria historia vivida durante muchos años es un total sinsentido, y de eso está convencido Roberto García, quien actualmente mueve los hilos de una selección nacional en pleno proceso de formación y crecimiento. Pero el estratega desborda optimismo y deseos de trabajar.

Tomó las riendas de un grupo de jóvenes muchachas y su aspiración es que logren labrarse su propio camino, siempre asumiendo el compromiso que le corresponde con la afición y el país. «Hemos cometido el error, todos, de siempre comparar a cada equipo con las Morenas del Caribe. Ellas fueron únicas y a estas hay que buscarles otro nombre. Aquella fue una generación muy exitosa, que supongo se dé una vez cada un siglo más o menos, que se formó en otras condiciones, incluso sociales, que no son ni remotamente parecidas a las actuales. Para estas muchachitas es muy importante saber que no tienen que saldar una deuda, que no son motivos de comparación», me dijo mientras seguía muy atento algunos ejercicios de defensa que sus pupilas realizaban sobre una de las canchas de la Escuela Nacional de Voleibol.

No es la primera vez que este técnico se hace cargo de una escuadra marcada por la inexperiencia. En cuanto tocamos el tema, el técnico recordó aquellos tiempos en que le pusieron en el puente de mando de la selección masculina. «De momento tenía en el grupo a Oriol Camejo, Yohandi Díaz, Juantorena, Ariel Gil, Simón, muchos juveniles, y con ellos fuimos medallistas de bronce en la Liga Mundial de 2005, jugando en un grupo muy difícil, en el que estaban Italia, Francia y Bulgaria. Por eso digo que la juventud no es impedimento, lo esencial es que asuman la responsabilidad, que trabajen con dedicación y que se mentalicen en que es posible conseguir buenos resultados», dijo.

Llegado a este punto, es evidente que García no se guarda su optimismo. En el horizonte tiene una intensa temporada que comenzará en los primeros días de junio con la celebración en la Ciudad Deportiva de la Copa de Campeones de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe (Norceca), clasificatoria para la Copa del Mundo.

Luego, sus pupilas viajarán a tierras peruanas para participar en la Copa Panamericana que les puede asegurar la presencia en el Grand Prix del próximo año, mientras que en la cercana edición de este torneo concursarán en el tercer nivel, con visitas primero a Kazajstán y Perú, en busca del avance a la final que acogerá Australia.

El técnico Roberto García confía en que sus alumnas puedan mejorar su nivel. Foto: Ricardo López Hevia

Todo eso acontecerá antes de mediados de julio, fecha pactada para el difícil tránsito por el torneo de los Juegos Panamericanos de Toronto. «Allí estarán Estados Unidos, que es campeón mundial, Brasil que es segundo a ese nivel, y República Dominicana, que ocupó el quinto lugar. Para nosotros es como participar en un Campeonato Mundial, pero iremos con la convicción de luchar siempre por la victoria», comentó el preparador.

«Los torneos en La Habana y Perú son muy importantes porque influyen en el futuro del equipo. Si clasificamos para la Copa del Mundo entonces sumaremos más de diez partidos internacionales de máximo nivel, y la Copa Panamericana nos permitirá asegurar la presencia en el Grand Prix del próximo año, es decir, aseguraríamos permanecer, si no en la élite, a un nivel acorde a nuestras circunstancias, pero jugando.

«El Grand Prix de este año lo asumimos con buenas expectativas, pues existe la posibilidad real de llegar a la final del tercer nivel. Tendríamos que enfrentar a Kazajstán, Perú, y Argelia, equipos que parecen asequibles teniendo en cuenta nuestro actual nivel. Las muchachas saben que el objetivo es posible y conseguirlo nos ayudará a eliminar la mentalidad derrotista que venimos arrastrando en los últimos años», añadió García.

El grupo…

«La base del equipo es casi la misma que participó en el más reciente Campeonato Mundial en Italia. Aunque no podemos decir que conseguirán grandes resultados de momento, es una realidad que las jugadoras han experimentado un crecimiento, sobre todo en la cohesión y desde el punto de vista táctico. Hemos medido varios aspectos del juego y tratamos de mejorarlos constantemente. Llevamos casi 20 semanas de preparación y ya estamos perfilando una alineación titular, aunque eso y las funciones que realizarán cada una lo anunciaremos a última hora.

«Tenemos implantado un sistema que lo denominamos “lucha de contrarios”, que no es más que ellas sepan que tienen que luchar entre sí para ganarse el puesto. Ninguna está segura y eso las obliga a esforzarse cada día en la preparación porque incluso hay jugadoras que todavía están en las categorías inferiores, de calidad, que se han integrado muy bien y puede haber alguna que otra sorpresa».

Estrategias…

«Entre las cosas en las que estamos trabajando fuertemente está la eliminación de los errores no forzados, responsables muchas veces de la abismal diferencia entre los puntos que anotamos y los que permitimos. Por ejemplo, tenemos una jugadora como Melissa Vargas, muy joven pero excelente, que al máximo nivel estaba necesitando más de 60 pases para anotar 17 puntos. Lo que precisamos es que marque 20 puntos con alrededor de 30 pases, que sea más efectiva, que falle menos. Y como ella, el resto de las atacadoras.

«Por ejemplo, en los Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, en el juego contra República Dominicana, nuestro equipo realizó 162 pases y 63 de ellos fueron para Melissa. Eso no puede ser. Trabajamos para que el resto de las atacadoras asuman su responsabilidad, que mejoren su efectividad, y así se reparte el ataque. Eso ayuda a que el bloqueo del contrario se tenga que preocupar más por el resto de las jugadoras y sea menos efectivo.

«Además, hemos buscado variantes tácticas que nos permitan explotar al máximo las potencialidades de nuestras principales jugadoras, sobre todo a Melissa, para que pueda superar con mayor facilidad el esquema defensivo que le haga el equipo contrario».

El pase…

«Hasta ahora las principales referencias habían sido Yamila Santas y Gretel Moreno, pero ahora podemos mencionar también a Beatriz Vilches, quien ha regresado muy bien y en las últimas confrontaciones internas se ha visto que el equipo la asimila casi como la titular en la posición. Para mí son las mejores manos que tenemos disponibles, y es una jugadora que si no falla en el plano psicológico, puede ayudar mucho al equipo. Eso no quiere decir que Yamila y Gretel no hayan mejorado o estén descartadas y pudiéramos valorar la posibilidad de convocar a tres pasadoras y una sola líbero, porque hoy es ella la que más defiende en el equipo».

Virtudes y defectos

«En estos momentos, para enfrentar los compromisos más cercanos, puedo decir que más allá de la mejoría notable en la recepción —la practicamos recibiéndoles a los varones—, y de que el ataque y la preparación física siempre han distinguido a los equipos cubanos, nuestra mayor fortaleza es la cohesión y la disciplina del grupo. Se mantienen unidas, cumplen con las orientaciones, muestran gran disposición, y eso es muy favorable.

«Si tuviera que señalar la mayor debilidad, esa sigue siendo la cantidad de errores no forzados, que cometemos sobre todo en momentos cumbre fallando un saque, forzando acciones en vez de entregar el balón para buscar el punto en el bloqueo. Son cosas que iremos mejorando con el tiempo».

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