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Los niños y el robo... Entendiendo porque lo hacen

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Los niños y el robo... Entendiendo porque lo hacen
Usualmente asociamos el robo en los niños con los aspectos honorables propios de la adultez, cuando en realidad no debe ser así, sino que en los infantes el robo debe entenderse a partir de las diversas etapas del desarrollo de la moral en el individuo.

El psicólogo Cesar Castellano explica que en la etapa inicial del desarrollo moral, o pre convencional, los niños son pocos receptivos a las normas, para ellos "lo bueno es aquello que me gusta y aquello que quiero para mí, por lo que no es extraño que el niño sencillamente decida tomar algo que le parece "bueno", aunque para los adultos a su alrededor esto sea un "robo"."

Los pequeños aún no entienden los conceptos de propiedad y moralidad, para ellos es natural tomar lo que es de otro, porque lo necesitan y quieren; en su consciencia no entienden que el juguete o dulce no les pertenece, e ingenuamente reclaman el derecho de tenerlo porque les gusta.

"En un segundo proceso, el infante adopta la postura moral orientada por temor al castigo, donde ser bueno equivale a las consecuencias físicas que trae obedecer o no las normas", expresa el doctor. Es decir el niño no toma lo que no le pertenece para no ser castigado por ello y no porque tenga un verdadero concepto de la consciencia moral.

En el nivel convencional, como es llamada la siguiente etapa de desarrollo moral, presentada alrededor de los 10 años, el niño ha establecido sentido de propiedad, se le ha integrado a sus enseñanzas lo que está permitido o no, es capaz de establecer claramente lo que es suyo o de los otros y por lo tanto se espera que no tome lo ajeno, no solo para no recibir un castigo, sino porque verdaderamente desea portarse bien.

"Aquí ser bueno significa tener buenos motivos y preocuparse por los demás, mantener relaciones mutuas de confianza, lealtad, respeto y gratitud. El niño no tomara lo ajeno, si con ello se gana el reconocimiento de ser bueno, porque se preocupa por los demás y considera que, al ponerse en el lugar del otro, quisiera que también los demás se porten bien" enfatiza el doctor Castellanos.

Con los grandecitos, la historia cambia


Entre los 10 y 13 anos, el niño alcanza una madurez de principios morales autónomos, es consciente y se comporta en función del sistema social en el que vive. El especialista explica que "se preocupa por cumplir los deberes que previamente se han aceptado ante el grupo. Las razones para hacer lo que está bien es mantener el funcionamiento de las instituciones, la familia, el grupo de amigos, el grupo deportivo, el salón de clases etc, cumplir con las obligaciones aceptadas y mantener un autorrespeto".

Es decir, el niño no toma lo que no es suyo por convicción personal, no solo para evitar recibir un regaño. Sin embargo para lograr este nivel de madurez, es importante que el niño desde que comienza a desarrollarse con los demás, reciba una orientación y formación adecuada, puesto que la moral se forma progresivamente, por imitación de conductas y por la interiorización acerca del "deber ser" que se reciben de su entorno, en especial sus formadores.

La consistencia de los padres y educadores en relación a la causa-efecto de una falta, cometida por los niños, van integrando en los pequeños un sentido de lo que es aceptado o no, de las circunstancias que rodean sus acciones y las consecuencias que tienen sus actos al romper esas reglas.

Lo que nos lleva a preguntar, ¿cuales medidas deben tomar los padres ante un niño que roba? , el doctor Castellanos, quien tiene un Máster en Terapia Familiar, recomienda, "en primer lugar, debe evaluarse el sistema moral que se les está mostrando como padres, no solo con lo que se hace, sino con lo que no se hace también. Por lo general, si se opta por regañarle, se recomienda hacerlo de manera discreta, sin avergonzarle, pero de manera firme debe exigírsele reparar el daño que haya podido causar y pedir excusas".

"Es muy importante explicarles porque deben hacer esto y ayudarles a trazar la estrategia adecuada para reparar el daño. Pedir excusas, le ayudara a reafirmar su seguridad, su autonomía y su dignidad. En todo caso, no se debe pasar por alto ningún episodio de robo por pequeño e insignificante que este sea, sino que debemos considerarlo una oportunidad de aprendizaje". Enfatiza el psicólogo.

Pero, ¿si lo corrijo y sigue robando?

"Si a pesar de las intervenciones de los padres, la conducta de robo continua, bien pudiera ser un indicador de que el niño pudiera tener alguna dificultad emocional, por lo general la conducta de robo no un problema en sí mismo, sino que es la expresión de otro tipo de problemas, es decir, es un síntoma", enseña el especialista.

"Se considera que una de las razones más frecuentes por que los pequeños roban repetidamente, pudiera ser dificultades para confiar en los demás y para establecer buenas relaciones con otros, dada la circunstancia persistir esta conducta a pesar de las correcciones y el buen ejemplo, lo ideal es visitar a un especialista de la psicología para obtener orientación", recomienda el doctor Castellanos.

Sobre el especialista

Cesar E. Castellanos, Ph.D.: Psicólogo Clínico, Ph.D. en Neuropsicología, Master en Terapia Familiar, Master en Terapia Sexual, Postgrado en Neuropsicología del Desarrollo, T.S.U en Psicopedagogía. Director del IDESIP.

Fuente: www.nuestroshijos.com.do