El impacto ambiental de las nuevas tecnologías





Los móviles, ordenadores y tablets se han convertido en nuestros acompañantes más fieles, los utilizamos de forma cotidiana en nuestro día a día para trabajar, relacionarnos, comunicarnos y estar informados. Hay quien incluso se acuesta con ellos. ¿Qué haríamos sin nuestros smartphones o tablets? ¿Podríamos sobrevivir un día sin Whatsapp, Facebook o Twitter? Seguramente, después de una proceso de terapia.Bromas aparte, la pregunta que deberíamos hacernos es de dónde viene toda esta tecnología mágica, de la tienda de la manzana dirán los más fashions, de Sillicon valley, los geeks, y muchos responderán con un pues no sé, en las fábricas los harán. Los más curiosos habréis buscado en Internet.

La primera vez que hice esa pregunta, san Google me remitió a un libro recién publicado de uno de mis escritores fetiche de cuando empecé a leer aventuras, hace ya muchos años. El libro se llama Coltán y el autor un tal Alberto Vázquez Figueroa. Un libro brutal y despiadado que cuenta de forma novelada el por qué de ciertas guerras en el África central, motivadas por el control de los recursos naturales por parte de las grandes corporaciones y con el beneplácito tácito de occidente, y las consecuencias indirectas de encender un teléfono móvil.

El Coltán, aquí con mayúscula, y otros minerales englobados dentro de las Tierras Raras, son elementos muy escasos y que se encuentran en unas pocas zonas de nuestro planeta, y son fundamentales en todo tipo de aparatos e instrumentos de las denominadas nuevas tecnologías. El control de estos recursos constituye una pieza clave en el complicado tablero de ajedrez del panorama geopolítico internacional, y su extracción un jaque mate en cuanto al brutal impacto humano y medioambiental que genera.No es un tema que salga mucho en los telediarios, por lo que, si pensamos mal, debe de ser lo suficientemente importante como para que no nos enteremos en Elysium.


El ritmo creciente y la escala de las fuerzas motrices del cambio ambiental están relacionados con el proceso de globalización, el cual ha aumentado la velocidad y el alcance con el que se mueven las personas, las ideas y las tecnologías. La explosión en la demanda de teléfonos móviles y los recursos con los que se producen ha concentrado los efectos en los países productores. Desde 1994 se han producido más de 10 mil millones de teléfonos móviles, y hasta mediados de 2010 había un número de usuarios estimado en 5 mil millones en todo el mundo (ITU 2010).





Impacto ambiental de las TIC´s.

La ONU, en su último informe sobre el estado del medio ambiente GEO5, trata someramente este tema y pone tres ejemplos concretos del impacto de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC´s) en el medio ambiente, en el Congo, China y Ghana.


En el informe se expone que el ritmo creciente y la escala de las fuerzas motrices del cambio ambiental están relacionados con el proceso de globalización, el cual ha aumentado la velocidad y el alcance con el que se mueven las personas, las ideas y las tecnologías. La explosión en la demanda de teléfonos móviles y los recursos con los que se producen ha concentrado los efectos en los países productores. Desde 1994 se han producido más de 10 mil millones de teléfonos móviles, y hasta mediados de 2010 había un número de usuarios estimado en 5 mil millones en todo el mundo (ITU 2010).


República Democrática del Congo.
El crecimiento en la demanda y producción de nuevas tecnologías ha llevado a una aceleración de la demanda de tantalio, un componente clave de los productos electrónicos que se extrae de mineral de coltán. La mayor parte del coltán es extraído de minas de Australia, pero aproximadamente el 8- 9% de la oferta global de coltán proviene del este de la República Democrática del Congo. Los impactos ambientales son importantes probablemente debido a varias razones: entre otras cosas, las operaciones de minería ilegales son realizadas con pocas precauciones ambientales, con frecuencia dentro de los límites de los parques nacionales; la deforestación y la contaminación provenientes de las minas contribuyen a la erosión y a la degradación de los arroyos y mantos acuíferos; y las operaciones mineras típicamente conducen a un aumento de la cacería ilegal y el tráfico de carne de animales, lo cual amenaza la vida silvestre. Además, como la mayoría de las operaciones mineras en el Este de la RDC están fuera del control gubernamental, las ganancias de la extracción y comercio del coltán y otros minerales se han utilizado frecuentemente para financiar movimientos violentos y violaciones de los derechos humanos.

Cuenca del Río Pearl, China
En 2008, una cuarta parte del equipo electrónico mundial fue fabricado en China, específicamente en la Cuenca del Río Pearl. El PIB de China creció el 9% en 2009, mientras que la región Guangdong, donde está la cuenca, registró niveles de crecimiento 2-3% por arriba del promedio nacional. En la década pasada, esta región, que constituye un quinto de la superficie de China, albergaba a un tercio de su población y produjo el 40% del PIB. El impacto ambiental de este crecimiento económico ha sido escasamente monitoreado, con estimaciones de decenas de miles de toneladas de metales pesados, nitratos y combustible descargados sin tratamiento al océano cada año. Sin una buena coordinación para el tratamiento de aguas, los granjeros han sufrido graves pérdidas de cultivos al utilizar el agua altamente contaminada para riego. La industria de la tecnología de la información ha sido responsabilizada de gran parte de los metales pesados vertidos en la región, por lo cual la cuenca del río Pearl fue considerada como el sistema de agua dulce más contaminado de China en 2004 y 2005.

Agbogbloshie, Ghana
Un enorme sitio para la disposición de desechos electrónicos se localiza en los suburbios de la capital de Ghana, Accra. Agbogbloshie, un establecimiento irregular poblado por migrantes domésticos del norte de Ghana, ha sido testigo durante los últimos diez años de una explosión del número de computadoras pantallas, discos duros y teléfonos móviles desechados. Lo que alguna vez fuera un productivo humedal se ha convertido en una zona de compuestos químicos peligrosos que es el hogar de aproximadamente 40 000 personas. La economía local depende del reciclaje de estos desechos, y la mayor parte de la fuerza laboral formada por niños de 11 a 18 años gana apenas 8 USD por día. Las fuentes de gran parte de estos desechos parecen ser países miembros de la UE, firmantes de la Convención de Basilea, aunque una proporción importante también parece provenir de los Estados Unidos, país que junto con Afganistán y Haití no ha firmado este Tratado.

A la fecha existen pocos estudios sobre los efectos de este comercio, pero se han descubierto toxinas en el suelo y en muestras de alimentos debido a que los compuestos químicos se acumulan en las redes tróficas, y el costo local podría ser considerable. La exposición a los humos químicos puede inhibir el desarrollo de los sistemas reproductivo y nervioso, particularmente en niños con altos niveles de plomo, mientras que el mercurio, el cadmio y el plomo pueden retrasar el desarrollo cognitivo e inmunológico de los jóvenes. 


Siempre pagan el pato los más pobres. La historia de Agbogbloshie muestra una imagen inicial de los impactos locales reales, ambientales y en la salud, de fenómenos globales que están emergiendo rápidamente, como el caso del cambio a la tecnología de la información –junto con el enfoque de que un equipo obsoleto es desechable. Esta es una historia que debe servir de advertencia acerca de la manera en que la innovación tecnológica puede producir tanto efectos extraordinarios sobre la economía global y la sociedad misma, y al mismo tiempo, de manera casi invisible, produce estragos en los más vulnerables, especialmente donde la vigilancia gubernamental necesaria está ausente. Esta es la desvinculación entre lo global y lo local que se ha derivado del paradigma económico actual, y los investigadores deben trabajar rastreando hacia atrás a través de la cadena de suministro si se pretende comprender la situación actual.




Capitalismo descontrolado
Mientras todo esto sucede en el corazón de las tinieblas, en nuestro mundo, porque es otro diferente del resto, parece que no se tiene en cuenta algo tan esencial como que las TIC's requieren recursos muy escasos y generan conflictos armados ¿Hasta dónde puede consumirlos la sociedad del despilfarro? ¿Podemos tirar un móvil sin pensar en las consecuencias?

Quienes practican el reciclaje de las TIC's, son ciudadanos especialmente concienciados pero lo que hoy es un hábito saludable, solidario y algunos dirán que para freakies, será muy pronto una necesidad para nuestra sociedad

De seguir el consumo al ritmo actual no habrá suficiente coltán, ni tierras raras para atender la demanda de nuevas tecnologías, y algunos tendrían muy difícil vivir sin ellas. Quien se imagine prescindiendo del móvil y volviendo a llamar desde cabinas o al timbre del portal que levante la mano.



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