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La paquetería también viaja en bicicleta

Ourense. 30-12-14. Euro. Foto dos novos emprendedores José Emilio Glez e José David Pereira, socios da empresa LebreMensaxería, sito na avenida de Zamora.
Foto: Xesús Fariñas
photo_camera Novos emprendedores José Emilio Glez e José David Pereira.

Emilio y David son de Entrimo, se conocen desde pequeños y han montado en la capital una empresa de mensajería. La diferencia es que los bultos viajan en bicicleta.

Hay quien tiene que emigrar y lo hace, incluso al primer revés, pero también hay quien pone todos los medios para evitar hacer la maleta, quizá porque ya conoce las dos caras del éxodo para buscar una alternativa laboral. José Emilio González Alonso y José David Pereira Bello (ambos de 23 años) descienden de padres emigrantes “e nós non queremos marchar”, dicen. El primero se graduó en Administración y Dirección de Empresas y el segundo hizo Educación Social. Son de Entrimo, se conocen desde chavales, y llegó un momento en el que decidieron dar el paso a montar una empresa como solución natural al entorno laboral duro que vivimos, especialmente para los jóvenes. Hace un par de meses que crearon la empresa Lebre Mensaxeira, dedicada a mensajería. El saludo que aparece en su página web dice son “una nueva empresa de mensajería y paquetería sostenible”, haciendo especial hincapié en “el compromiso con el medio ambiente”.

Efectivamente los medios que utilizan son “sostenibles”, porque se trata de dos bicicletas con las que deben pedalear de un lado a otro de la ciudad. Eso sí, las bicis tienen asistencia eléctrica. Lebre Mensaxeira empezó como “unha forma de buscarnos a vida”, como de manera sencilla y  sincera reconoce Emilio, uno de los socios. Su apuesta arrancó como una necesidad, que es una manera como otra cualquiera de tener que empezar. Laboralmente habían hecho cosas de forma discontinua ya que Emilio pasó en Suiza algunos veranos trabajando con su padre y David echó dos años trabajando para Telepizza. Decidieron entonces hacer algo que tuviese más recorrido y se decidieron a crear la empresa de mensajería, cuya germinación se debió a que vieron por la tele que existía una modalidad como la que ellos tiene ahora y se pusieron a la tarea. Dice Emilio que “contactamos cunha empresa similar en Valladolid e estivemos facendo un cursiño con eles”. Después cotejaron la información con alguna similar que hay en A Coruña y se pusieron a la tarea en Ourense.

David Pereira dice que en la cartera de servicios que ofrece Lebre Mensaxeira están “servicios de última milla para empresas de paquetería e mensaxería, calquera produto ata un máximo de 80 kilos de peso, pero tamén levamos documentación para empresas e particulares, etcétera”. Y todo ello dando pedal. Ambos dicen estar en forma y lo necesitan porque la ciudad no es precisamente cómoda para andar en bicicleta, sobre todo por sus fuertes pendientes. “Os dous somos bastante deportistas e practicamos varios deportes”, apunta Emilio. De todos modos la elección de la bicicleta como medio para transportar la paquetería parte también “da nosa conciencia co medio ambiente, por iso montamos algo así”, agrega.

En su web la empresa proclama que reducen en impacto ambiental, los costes energéticos, contribuyen  a la descongestión del tráfico y no emiten gases ni ruidos.

Lebre Mensaxeira ha montado sus oficinas en unas galerías comerciales de la avenida de Zamora y allí está la pequeña base de operaciones de una empresa que está dando sus primeros pasos y que es el resultado de la ilusión que en ella han puesto sus promotores. Emilio y David avanzan que dos meses es todavía un espacio de tiempo muy pequeño para llegar a conclusiones determinantes, pero sí para medir la apuesta emprendedora. “Vemos que a empresa é viable pero de momento aínda nos estamos dando a coñecer, pero estamos facendo unha labor importante como comerciais por moitos sitios para ofrecer os nosos servizos”. Ese es el propósito en el que están ahora con el fin de ensanchar la base de clientes que le pueda permitir ser pronto autosuficientes.

Empezaron gracias a su determinación y a sus ahorros, pero también a los apoyos de la familia, que les echó una mano. La inversión más importante fue la compra de las bicicletas, en las que gastaron unos 5.000 euros. No tuvieron muchos engorros para poner en marcha su proyecto empresarial, aunque reconocen que para salvar los trámites burocráticos tuvieron también ayuda familiar de alguien acostumbrada a ganar tiempo con la administración.

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