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Si vas a comprarte una bici, que sea gorda

Las bicicletas de ruedas gruesas, más estables en terrenos resbaladizos, son la nueva moda entre ciclistas tras las 'fixies'

Pablo León
Un hombre lleva su bici gorda por Michigan en noviembre
Un hombre lleva su bici gorda por Michigan en noviembreMLIVE.COM /Landov / Cordon Press

Nadie sabe muy bien cuándo ocurrió. Tampoco cómo. Pero amparados por el brillo del crecimiento y la burbuja inmobiliaria, los todoterrenos empezaron a aparecer en las ciudades. Primero fueron las señoras de barrios bien de las afueras las que conducían, de manera flamante, sus enormes vehículos. Después, la moda se extendió y los nuevos ricos tomaron el 4x4, casi imposible de aparcar en el centro, como un must. Las bicicletas no son menos y también tienen su modelo todoterreno: las fat bikes; un tipo de mountain bike que, desde hace un tiempo, ha empezado a reivindicarse.

The Ridge fue uno de los vídeos más vistos el año pasado por los fanáticos de las dos ruedas. En la impresionante grabación, Danny Macaskill, afamado ciclista escocés de trial, surcaba las montañas rocosas de Cuillin a lomos de una mountain bike con ruedas más anchas de lo normal. “En realidad, las fat bikes nacieron como una modificación de la mountain bike con la finalidad de adaptarlas a usos extremos”, cuenta Héctor Muñoz, artesano de las bicicletas desde Manual Art Work , su taller de Madrid. Las fat bikes se crearon en los ochenta para facilitar las pedaladas por terrenos áridos. El ancho de sus neumáticos, de entre 3,7 y 4,8 pulgadas, permite circular por lugares donde una bici corriente se quedaría atascada. Su primera aplicación fue recorrer desiertos y terrenos arenosos. Al tener unas ruedas con una superficie mayor, no se hundían en las dunas. De la arena pasaron a la nieve y de ahí, a cualquier terreno complicado.

Las fat bikes se crearon en los ochenta para terrenos abruptos. El ancho de sus neumáticos, de entre 3,7 y 4,8 pulgadas, permite circular por donde una bici se quedaría atascada

“Pasa San Valentín con tu gordi”, anima un mensaje en las redes sociales. Este año coincidiendo con el día de los enamorados se celebró en Utah el primer campeonato nacional de fat bikes en Estados Unidos. “Asistimos a un notable aumento de la popularidad de estos vehículos”, dicen desde la revista especializada Ciclosfera. “Muchos protagonistas de la industria ciclista están realizando o bien componentes o bien bicicletas con estas características. No es tanto un nicho ciclista sino más bien una disciplina; una manera diferente de pedalear”, añaden. “En la última edición de Eurobike [la cita más importante de la industria de los pedales que se celebra anualmente en Friedrichshafen (Alemania)] se empezaron a ver”, recalca Muñoz.

Este año coincidiendo con el día de los enamorados se celebró en Utah el primer campeonato nacional de fat bikes en Estados Unidos

La faceta extrema de las fat bikes, para recorrer circuitos imposibles, es bastante conocida. El biker español Tomi Misser se hizo con el triunfo en la última edición de Snow Epic, una curiosa contienda ciclista que mezcla nieve y fat bikes. Su aparición en ciudades o su uso recreativo es algo más novedoso. “What the Fat Bike?”. Con esta frase titulaba la web Bike Radar su selección de las mejores bicicletas gordas para 2015. La Salsa Bucksaw, con cuadro de fibra de aluminio, suspensión y un cuidado diseño, o la Ritchey Commando, “una máquina para conquistar caminos”, figuraban en la selección. Su coste: entre 3.000 y 5.000 euros. El precio no parece ser una pega para que se haya generado una debilidad por estas bicicletas obesas. “Las bicicletas de piñón fijo se utilizaban para entrenar y luego se extendieron a las ciudades. Las bicis gordas también están diseñadas para una finalidad específica: recorrer terrenos complejos, su uso se puede extender”, opina el mecánico Muñoz. ¿Pueden las fat bikes tomar el relevo a las fixies?

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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